
Las Misioneras de Santo Domingo, a compañadas por un grupo de estudiantes del Didascalio Santa María de la Altagracia, visitaron una comunidad de la parte baja de Yamasá.
Es una zona muy pobre, con construcciones en madera y zinc, donde el calor es más intenso. La fuente de ingresos es la crianza de cerdos.
La inesperada visita de las misioneras fue recibida con mucha alegría. Gracias a la generosidad de colaboradores de Estados Unidos se pudieron repartir alimentos, dulces y además, juguetes a los niños. La comunidad estaba muy agradecida, realmente necesitaban esta providencial ayuda.
En ese lugar encontraron seis hermanitos, el más pequeño de tres años. Quedaron solos porque sus padres fueron deportados a Haití. Necesitan también nuestra ayuda.
Con esta experiencia, se está programando la próxima visita a Yamasá. Esta vez, para hacer un operativo médico, de manera que se puedan beneficiar de atención sanitaria personas que no tienen fácil acceso a ella.