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EL PADRE RODRIGO MOLINA RODRÍGUEZ
El P. Rodrigo Molina nació en Pravia (Asturias) el 23 de octubre de 1920. Fue el cuarto de nueve hermanos y creció en una familia profundamente cristiana. Era serio, trabajador, tenaz, luchador, un hombre de palabra. De una lealtad extraordinaria, tenía dignidad y nobleza. Hombre grande, de horizontes magníficos. La educación primaria y secundaria la cursó brillantemente en diversos colegios jesuitas. En febrero de 1934 su familia se trasladó a Madrid.
Desde sus primeros años manifestó un alma muy sensible, especialmente hacia las necesidades del otro. Sus hermanos lo recuerdan de una caridad generosa, hasta el extremo de privarse de comer en favor de ellos. En 1934 comunicó a sus padres su decisión firme de ingresar en la Compañía de Jesús. Su padre, juzgando que todavía era muy joven, lo autorizó a hacerse jesuita, pero con la condición de que antes estudiara la carrera de Derecho.
Durante la Guerra Civil, su familia sufrió un descalabro económico. La necesidad obligó a Rodrigo a salir en bicicleta en busca de alimentos por diversos pueblos.
La experiencia terrible de la guerra dejó una huella imborrable en su alma. Desde entonces consagró su vida a aliviar el dolor de los demás.
Finalizada la Guerra Civil, ingresó en la Compañía de Jesús y el 13 de julio de 1959 fue ordenado presbítero en la iglesia de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, en Madrid. Quiso celebrar su Primera Misa en el “Pozo del Tío Raimundo”, por ser en aquel entonces la zona más pobre de Madrid.
Su primera labor apostólica y docente la desempeñó en una pedanía de Murcia (Guadalupe). La minúscula escuela (apenas 50 alumnos) que le fue encomendada, la transformó en un magnífico centro de más de 1.000 alumnos. Éstos, en su mayoría, eran de las zonas más pobres de la Huerta murciana y de otros pueblos humildes de la Región. El P. Molina, en persona, fue a buscarlos… su empeño: darles una sólida formación integral: la educación en todas sus facetas.
En 1966 marchó a Cuzco como secretario personal del Sr. Arzobispo del Cuzco, Mons. Ricardo Durand, S.I., y fue nombrado Director General de Promoción y Desarrollo Indígena. El dramático estado de miseria del pueblo quechua le hirió el alma. Antes que la educación (sin excluirla), primaba atender a aquellos hermanos hambrientos, enfermos, desprovistos de todo. Para ellos fundaría, en Cuzco, la Casa Hogar del Campesino, que más tarde se transformaría en un pequeño Hospital. Como respuesta a la imperiosa llamada del Concilio Vaticano II y las Encíclicas de los últimos Papas, fundó en 1969, en Cuzco (Perú), PRODESA, actualmente PRODEIN (Promotora de Desarrollo Integral).
El 28 de abril de 2002, el P. Molina murió de cáncer. Suyas son estas palabras que lo definen en su entrega a los más pobres, sus “machacados”, como solía llamarlos: “Cristo miró al pobre que soy yo, yo tengo que mirar al pobre de hoy, debo entregar mi vida por él… ¡Qué grande es la vocación de hacer el bien!”.
 
JOSEFINA SERRANO
Nació en Caracenilla (Cuenca, España) el 27 de mayo de 1948. A los 20 años conoció al P. Rodrigo Molina, quien acababa de fundar, en el Cuzco, PRODESA, hoy PRODEIN (Promotora de desarrollo integral).
Transcurrió su vida, durante 30 años, a la sombra del Padre, secundando sus iniciativas para hacer de toda actividad laboral, en especial la docencia mediante centros docentes o discentes y medios de comunicación, una plataforma apta para extender el Reino de Jesucristo, promoviendo el Desarrollo Integral de modo preferencial los más pobres. Obra suya es el Hospital para los quechuas desheredados que tantas vidas ha salvado.
Después de tres años de desgarradora enfermedad, su alma salió al encuentro de Dios que vino a buscarla en Madrid, el 5 de octubre de 1999.

 

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