A finales del mes de julio las misioneras de Santo Domingo visitaron Villa Los Peloteros para llevar alimentos a familias necesitadas y artículos de aseo para los enfermos. Les acompañaron unos voluntarios muy disponibles cuando se trata de socorrer a los que sufren.
El barrio es extremadamente pobre. Repartieron fundas de alimentos que fueron recibidas con gran alegría.
En una de las casas encontraron a una señora que había sufrido un ACV, postrada en un camastro, en pésimas condiciones. Vive con un hijo que por su condición, no puede cuidarla. No tienen baño, ni luz, ni ventilación, tampoco comida. Sin embargo, con una sonrisa dijo: "no tengo nada material, pero espiritualmente estoy llena". El siguiente paso es conseguir una cama en un hogar para ancianos en orden a que pueda recibir los cuidados que necesita.
En todo el trayecto, las misioneras se encontraron con mucha miseria, pero no solo les dieron el alimento corporal, sino también el espiritual, animando a las personas a recibir los sacramentos y a rezar cada día Tres Avemarías a la Virgen, porque si allí es grande la pobreza material, mucho más la espiritual.